Algo desilusionados dadas las altas expectativas
La verdad que nuestra expectativas eran altas según las reseñas que había leído. Hice la reserva con tiempo. Fui insistente a pesar de que sus mensajes del contestador no te invitan a volver a llamar, pero con todo y eso insistí para hacer la reserva. Fui con la familia, todos adultos. Apenas llegamos ya nos estaban preguntando que íbamos a comer con cierta insistencia, a pesar que nos veían tratando de acceder a la carta en todos los móviles.
Pedimos de primero unas alcachofas, una tarta de queso, foie y unos judiones que nos recomendó la persona que nos atendió. Realmente estaba bien, ninguna fantasía. Lo mejor, los judiones. La presentación de los platos dejan bastante que desear, tenían un par de canónigos nada frescos que le daba una apariencia a que el plato buscaba un comensal desde hace tiempo. Luego, de segundo pedimos rabo de toro, conejo, unos pimientos de piquillo y una ensalada de queso de cabra. La verdad que la carta es pequeña y no nos sentíamos atraídos por la misma. Los platos son correctos, pero son perfectos para menús, no para la carta. Todos acompañados con patatas fritas como estándar. Los postres igualmente correctos pero sin más. Pedimos ponche Segoviano, tarta de queso, helado y un sorbete. Aunque no recomiendo ni la tarta de queso porque estaba seca, ni los helados.
En resumen, un restaurante correcto sin más, pero para ser valorado dentro de los restaurantes de menú. Recomendable los judiones y el ponche Segoviano.